Mayo 26, 2025

¿Estás lesionado? El verdadero camino a la recuperación empieza con el movimiento

Cómo el movimiento adecuado puede ayudar a aliviar el dolor, reducir la inflamación y acelerar la recuperación de lesiones en rodillas, caderas y columna.

¿Estás lesionado? El movimiento también es parte de la recuperación

Cuando sufrimos una lesión, ya sea una contractura, un esguince o un dolor lumbar, lo primero que buscamos es alivio. Y es completamente normal. En esos primeros momentos, los medios físicos como el frío, el calor, los ultrasonidos o incluso el masaje terapéutico pueden ser grandes aliados para reducir el dolor, la inflamación y ayudarnos a sentirnos un poco mejor. Sin embargo, es importante entender que estas herramientas son solo una parte del proceso.


¿Estás lesionado? El verdadero camino a la recuperación empieza con el movimiento

El masaje y los medios físicos: útiles, pero no suficientes

No hay duda de que el masaje puede proporcionar alivio. Ayuda a relajar la musculatura, mejorar la circulación y disminuir la tensión. Los medios físicos, como el TENS o la termoterapia, también pueden cumplir funciones específicas en esa etapa inicial de la rehabilitación. Pero es clave tener claro algo: estas técnicas no devuelven por sí solas la funcionalidad del cuerpo.

En otras palabras, aunque el masaje te haga sentir mejor, no significa que el cuerpo ya esté listo para volver a moverse como antes. De hecho, si nos quedamos solamente con esta parte del tratamiento, existe el riesgo de que la lesión se vuelva crónica o que aparezcan nuevas molestias al retomar nuestras actividades.

El movimiento es medicina

Para volver a moverte con libertad, fuerza y confianza, es necesario volver a moverte. Aunque suene paradójico, el ejercicio dosificado y adaptado a tu situación es parte fundamental de la recuperación. El cuerpo humano está hecho para moverse, y cuando lo hace de forma guiada y progresiva, se activa la circulación, se estimula la reparación del tejido, se mejora la coordinación y se restaura la fuerza y el control que se pudieron haber perdido por la lesión o el reposo.

Este tipo de movimiento no significa “hacer ejercicio como si nada hubiera pasado”. Al contrario: se trata de un proceso gradual y personalizado, guiado por un profesional que conozca el cuerpo y entienda cómo acompañarte en tu recuperación.

¿Qué pasa si no me muevo?

Quedarse demasiado tiempo en reposo o depender únicamente del masaje o las máquinas puede generar más rigidez, debilidad muscular, pérdida de movilidad y, en muchos casos, más dolor. Lo que comienza como una medida de protección, termina por volverse un obstáculo para la recuperación completa.

Entonces, ¿qué es lo ideal?

Una rehabilitación efectiva combina lo mejor de ambos mundos:

  • Fase inicial: alivio del dolor con medios físicos, reposo relativo y educación sobre la lesión.
  • Fase activa: ejercicios progresivos, movimiento consciente y retorno funcional.
  • Fase final: fortalecimiento, prevención de recaídas y reincorporación total a tus actividades.

Cada fase tiene su momento y su función. Ninguna reemplaza a la otra, y lo más importante es que entiendas que tu participación activa en el proceso hace toda la diferencia.


En resumen:

  • El masaje y los medios físicos son útiles, pero no suficientes.

  • El movimiento es parte del tratamiento, no el enemigo.

  • Recuperar la funcionalidad requiere ejercicio adaptado y progresivo.

  • Tu compromiso y constancia son claves para una recuperación real.


¿Estás atravesando una lesión y no sabes por dónde empezar?
Mi enfoque combina la fisioterapia, el movimiento consciente y la educación para ayudarte a recuperar no solo tu bienestar, sino tu independencia. Escríbeme y empecemos tu proceso de recuperación juntos.



Fuentes:

pubmed.ncbi.nlm.nih.gov

pmc.ncbi.nlm.nih.gov

sciencedirect.com


Autor:   FtLauraBecerra
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